Creed en mi palabra
Como bien os he dicho ya, soy Zeus, Dios de Dioses. Este es mi espacio, mi palabra. Y en este lugar, daré cabida a los mios. Ellos contarán sus experiencias, divinas o mortales, darán su opinión, mostraran sus lados más ocultos.
Veremos a Apolo intentar predecir el futuro, a Afrodita dejar volar sus fantasias, y a todos los demás cumplir con su cometido. Siempre podeis colaborar con nosotros (blog.dios.zeus@gmail.com), todo esta permitido. Pero no olvideis nunca que yo tengo la última palabra. Mi rallo caerá dictando la sentencia final.
Zeus
Veremos a Apolo intentar predecir el futuro, a Afrodita dejar volar sus fantasias, y a todos los demás cumplir con su cometido. Siempre podeis colaborar con nosotros (blog.dios.zeus@gmail.com), todo esta permitido. Pero no olvideis nunca que yo tengo la última palabra. Mi rallo caerá dictando la sentencia final.
Zeus
lunes, 31 de mayo de 2010
Ten paciencia...
La impaciencia, a veces destroza todo aquello en lo que habías creído y pensabas que todo iría bien, se ha de ser comprensivo con aquello que ansías, e intentar ser paciente con las cosas.
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Zeus
viernes, 28 de mayo de 2010
Afróntalo todo con valentía!!
Cuando menos lo esperas, sucede algo que te hace plantearte como ha de ser tu vida, siendo unos bebes todo va bien, nuestro mayor temor es el desconocimiento de las cosas, y a medida que vamos creciendo los problemas aparecen, hasta que llega un día en el cual te planteas, si ser indiferente a todo, o afrontar el día a día con valentía…
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Apolo,
El Oráculo de Delfos
jueves, 27 de mayo de 2010
Sentimientos encontrados
Imagino que sabes lo difícil que es explicar con palabras lo que ni tan solo tu entiendes.
Porque, ¿como se puede explicar, que cada vez que suena una simple melodía, es como si el mundo volviera a girar? Eso es lo que pasa cuando suena tu canción...
Porque, ¿como explico que, cuando llega la hora de dormir, solo quiero cerrar los ojos para poder tener en sueños lo que no puede ser en la realidad? Eso es lo que pasa cada noche...
Después, hay que abrir los ojos, despertar y asimilar que solo ha sido un sueño, aunque las imágenes se queden grabadas como si fueran reales. Aunque se queden como momentos mios, como mi forma de parar el tiempo.
¿Y que me dices de tener que subirme a un autobús y ver como todo se queda atrás? Vuelvo con las ganas rotas y con la satisfacción de no haberle hecho daño a nadie... excepto a mi misma. Vuelvo dejando la mirada perdida en la carretera. Brillante, si, pero a causa de una mezcla de ilusión, decepción, contenta porque me hayas dado ese pequeño momento, y triste porque se acabó. Pero siempre queda esa pequeña esperanza de que, en un momento u otro, vuelva a sonar la melodía que pone en marcha el mundo y que hace que se me escape una sonrisa sin querer.
Afrodita
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Afrodita
miércoles, 26 de mayo de 2010
Delfos: El Oráculo os espera...
Situado en la ciudad de Delfos (la cual hoy en día ya no existe), al pie del monte Parnaso, se encontraba el Oráculo de Delfos, en el interior del templo dedicado al dios solar Apolo.
Desde fechas tan remotas como el tercer milenio a.C Delfos había sido un importante centro religioso. Según la leyenda Zeus soltó dos águilas desde cada extremo de la Tierra y ambas se cruzaron en Delfos, señalando así el centro del mundo, en el cual se colocaría la piedra sagrada "omphalos" ("ombligo"), la cual, según la leyenda, era la misma que Rea había entregado a Cronos para que la engullese en lugar de al recién nacido Zeus.
En un principio el lugar donde luego se levantaría Delfos estaba consagrado a Gea o Gaia, diosa de la Tierra de primera generación, y allí se encontraba un oráculo dedicado a ella.
Según algunas versiones se encontraba custudiado por la serpiente gigante Pitón, consagrada también a Gea, a la cual Apolo dio muerte para hacerse con el oráculo, mientras que en la "Ilíada" Homero nos cuenta que era el monstruo Tifón (hijo de Gea y Tártaro o, según la versión Homérica de la Hera minoica) , al cual se representaba o bien como un huracán destructor o como un monstruo alado cuya morfología, variable también según las distintas versiones, se asemejaba a la de una serpiente (de hecho estaba asociado a la monstruosa serpiente Apofis, perteneciente a la mitología egipcia).
Ambas versiones tratan de dar explicación a la etimología relacionada con el lugar, ya que el templo de Apolo era llamado también "Pition" (Πυθιoν) y al mismo Apolo en Delfos se le llamaba Apolo Pitio, mientras que a la sacerdotisa oracular por cuya boca se suponía que hablaba el propio Apolo se le llamaba "Pitia" o "Pitonisa" (Πυθια)
En la versión en la cual Apolo da muerte a la serpiente Pitón el nombre se debería al del propio monstruo, mientras que en el caso de Tifón, Apolo habría enterrado los restos del monstruo en el lugar donde fundaría su templo y habría llamado al lugar "Phyto" ("pudrir"), pues allí se pudriría el cuerpo de Tifón.
Sin embargo, el hecho de que Apolo diese muerte a Pitón, consagrado a Gea, provocó la furia de Zeus, quien castigó al dios solar a abandonar el Olimpo y pasar nueve años en la Tierra, tiempo durante el cual trabajo como pastor para Admeto, rey de Tesalia ( a quien más tarde recompensaría por su buen trato concediéndole la inmortalidad). Este hecho explica que, además de sus facetas de dios del sol y la luz, la medicina, la música, la poesía y las artes proféticas, Apolo fuese también considerado dios de los pastores y que se acostumbrase a sacrificar en su honor un lobo (la "pesadilla" de cualquier pastor).
Volviendo a la fundación de Delfos, tras dar muerte al monstruo (ya fuera este Pitón o Tifón), Apolo se transformó en delfín (de ahí el topónimo de Delfos) y desvió una nave cretense, cuya tripulación formaría el primer estamento de servidores del templo.
Según otras versiones de la leyenda el topónimo "Delfos" proviene del, en este caso dragón, Delfine (que ocupa el lugar de Pitón o Tifón en las anteriores versiones), quien custodiaba el lugar.
El Oráculo de Delfos se encontraba en el centro del templo dedicado a Apolo y su importancia llegó a ser extraordinaria. A él acudían todo tipo de visitantes para consultar el oráculo, entre ellos reyes de todos los rincones del Mediterráneo y de Oriente Próximo.
Las respuestas del oráculo eran transmitidas por la Pitia, la sacerdotisa del oráculo, quien en estado de trance se suponía que recibía las respuestas del propio dios, e interpretadas por un grupo de sacerdotes del templo.
A la Pitia se le elegía entre varias candidatas sin ninguna distinción de clase; únicamente se le obligaba a que su actitud y costumbres fueran intachables y a que viviera toda su vida entre los muros del templo.
Durante los siglos de apogeo del oráculo fue necesario nombrar hasta tres pitonisas para poder atender con holgura las innumerables consultas que se hacían por entonces. Sin embargo en los tiempos de decadencia sólo hubo una, suficiente para los pocos y espaciados oráculos que se requerían.
Según el historiador griego Diodoro de Sicilia las primeras pitonisas eran jóvenes vírgenes.
Pero tras la violación de una de ellas por parte de un consulatante, la Pitia o las Pitias fueron elegidas entre mujeres maduras, generalmente simples campesinas.
De ella no se requería ningún don especial, ya que se las consideraba simples instrumentos del dios Apolo.
Aún así, la importancia de la Pitia era muy grande, teniendo en cuenta la situación de la mujer en la Grecia Clásica, una sociedad profundamente "masculina"
Según algunas tradiciones, la primera pitia o pitonisa que actuó en el oráculo de Delfos se llamaba Sibila, y su nombre se generalizó y se siguió utilizando como nominativo de esta profesión. Sin embargo, ni Homero ni Hesíodo mencionan a la Sibila (o sibilas), sino que esta es mencionada por vez primera por Heráclito de Éfeso (544 a.C- 484 a.C), por lo cual se cree que las sibilas podrían ser oriundas de Asia y que en cierto modo sustituyeron a las antiguas pitias.
Se cree que la Pitia realizaba las profecías en un estado de trance provocado por vapores tóxicos que ascendían por una grieta situada bajo el trípode sobre el que la sacerdotisa se sentaba y por la ingestión de hojas de laurel, las cuales, ingeridas o masticadas en grandes cantidades son también tóxicas.
Recientes hallazgos geológicos apoyan la posibilidad de que el estado de trance de la Pitia fuese inducido por gas etileno, un potencial alucinógeno.
A pesar de que Apolo era el dios principal del santuario, durante los meses de invierno este "abandonaba" el santuario, ocupando su lugar el dios Dionisos.
Apolo no regresaba hasta la primavera, en el día séptimo del mes Bysios , fecha que según se creía era el aniversario de su nacimiento.
Debido a que el templo estaba "compartido" por Apolo y Dionisos (durante el S.V d.C se estableció el culto a Asclepio) se hizo una ornamentación distinta en los tímpanos del gran templo. En el tímpano del este se esculpió la tríada apolínea (Apolo, Artemisa, y Leto) y en el del oeste el "tiaso", que era la reunión de fieles que celebraban el culto a Dionisos.
En torno a Delfos se desarrolló toda una serie de ceremonias rituales que debían seguir todos aquellos que acudiesen a consultar el oráculo, fuese cual fuese su condición.
El oráculo se celebraba un día al mes, el día 7 que como ya hemos dicho se consideraba la fecha del nacimiento de Apolo, y por tanto un día sagrado para el dios.
Una vez llegados al templo de Apolo, ascendiendo el Monte Parnaso por la Via Sacra, los consultantes debían purificarse en las aguas de la fuente Castalia (la cual estaba rodeada de un bosquecillo de laureles consagrado a Apolo en el cual, según la leyenda, se reunían musas, ninfas y náyades para cantar mientras Apolo tocaba la lira).
Tras la purificación se tenía que presentar como ofrenda una especie de pastel sagrado y un carnero negro (el cual se dice que tenía que ser lavado con agua y asegurarse de que tras el "baño" temblaba de arriba abajo, pues esta era la señal de que el oráculo estaba dispuesto a responder a las preguntas).
A continuación el consultante debía pagar las tasas correspondientes y esperar su turno.
Se conoce poco sobre el rito que se seguía en el oráculo. Se sabe que la Pitia, tras purificarse con un baño ritual y otros ritos en los que se incluía el ayuno, se sentaba en un trípode que estaba en un espacio llamado "adyton" , en lo más profundo del santuario (Αδυτων significa "fondo del santuario" y τo αδυτoν significa "lugar sagrado de acceso prohibido") donde respiraba la exhalación sagrada ("pneuma enthousiastikon") .
La Pitia, en estado de trance, daba respuestas que un sacerdote interpretaba y escribía en forma de verso. En los primeros tiempos, las sentencias de la pitonisa se escribían en verso,pero más tarde (supuestamente debido a las suspicacias que habría causado la mala calidad de los versos, siendo Apolo el dios de la música y la poesía) las profecías pasaron a entregarse en prosa.
Uno de los enigmas con el que se enfrentan los estudiosos del tema es el gran número de aciertos que tuvo el oráculo de Delfos. La fe en él era total, incluso si se equivocaba porque en ese caso se consideraba que el fallo estaba la interpretación de lo dicho y no en la profecía del oráculo.
De todas formas, el oráculo era tan famoso por su eficacia como por su ambigüedad, pues sus respuestas eran bastante enigmáticas y siempre estaban abiertas a distintas interpretaciones.
Por ejemplo, el oráculo vaticinó a Creso, rey de Lidia, quien no se decidía a atacar a los persas, que "un poderoso imperio sería destruído". Creso interpretó la profecía a su favor y atacó. Efectivamente un poderoso imperio fue destruído, pero fue el suyo, pues Lidia pasó a manos de los persas.
La historia del oráculo está plagada de anécdotas de este tipo, en las cuales las respuestas pueden ser interpretadas de manera totalmente contraria. De hecho, las opiniones de los propios autores antiguos estaban divididas: Plutarco, quien fue sacerdote de Delfos, Heráclito y Platón defendían el oráculo, mientras que Esquilo, Eurípides y Tucídides se muestran escépticos.
El historiador Heredoto afirmaba creer en el principio del oráculo, pero reconocía que Delfos no estaba libre de corrupción, y de hecho, el oráculo, que era consultado por los propios reyes, fue utilizado en ocasiones como una poderosa arma política.
Se cree que el primer templo de Delfos data de finales del segundo milenio a.C y se sabe con seguridad que en el siglo VIII A.c ya existían recintos sagrados en este lugar.
El oráculo de Delfos vivió su apogeo desde aproximadamente el siglo VI a.C, en el cual se comenzaron a organizar de nuevo los Juegos Píticos, que según la leyenda habían sido instaurados por el propio Apolo tras dar muerte a la serpiente Pitón. En un principio los Juegos Píticos se celebraban cada ocho años y posteriormente pasaron a alternarse con los juegos Olímpicos, cada cuatro.
También en el siglo VI a.C la anfictonía, una liga religiosa formada por doce pueblos pertenecientes a Grecia Central, decidió trasladar su sede al santuario de Apolo en Delfos (sin por ello abandonar el templo que hasta entonces había sido su sede central, el de Deméter, en Antela, cerca de las Termópilas). A raiz de esta decisión comenzaron las llamadas "guerras sagradas" por el control y la supremacía sobre el santuario de Delfos.
Un incendio destruyó el santuario de Apolo en el año 548 a.C y hasta el año 505 a.C no se terminó el nuevo templo, cuya reconstrucción fue financiada, según cuenta Heredoto, por la familia de los Alcmeónidas.
Sin embargo, un terremoto destruyó el templo construído por los Alcmeónidas en ek 373 a.C.
Durante los siglos II y III a.C el santuario de Delfos volvió a vivir un período de renovado esplendor. Finalmente, en el siglo Icomezó su decadencia, la cual se extendió lentamente hasta el S. III.
Poco a poco se fue reduciendo el número de visitantes y fieles y Delfos perdió su importancia tanto como oráculo como centro social.
Ya Plutarco (46- 125) , en sus "Diálogos Píticos" comenta la sensación de abandono y decadencia que producía el Templo de Delfos.
En el siglo III los hérulos, godos y bastarnos, recorrieron toda la Grecia Central, Ática y el Peloponeso, arrasando y saqueando. En Delfos destruyeron algunas de las estatuas que pudieran quedar en pie y el resto se vino abajo después del edicto de Teodosio el Grande, emperador romano (c. 346-395), con el que se pretendía acabar con todos los "ídolos del paganismo", clausurando así el oráculo de Delfos, que cesó su actividad el año 390 d.C.
De hecho, el último oráculo conocido data del 362, durante el breve reinado de Juliano el Apóstata, quien envió a su amigo y médico Oribase con la intención de restaurar el templo y recibió del oráculo la respuesta: "Dile al rey que el templo glorioso ha caído en ruinas; Apolo ya no tiene techo sobre su cabeza; las hojas de los laureles están silenciosas, las fuentes murmurantes y los arroyos proféticos están muertos."
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El Oráculo de Delfos
La pureza de Artemisa
Diosa de la caza, de la luna (llegando a suplantar a la titán Selene, la diosa griega "autentica" de la luna, hermana de Helios, dios del sol, destronado también, por su hermano Apolo), de la castidad, de los bosques y señora de los animales.
Hija de Zeus y Leto, y hermana gemela de Apolo, que naciendo ella primera, ayudó a su hermano a nacer, y por esto también se la asocia como patrona de los partos.
Viendo lo mal que lo pasó durante el parto suyo y de su hermano, le pide a Zeus siendo niña, mantenerse virgen. También le pidió a su padre ciervos para tirar su carro, sabuesos de orejas cortadas (aunque otros autores dicen que fue un regalo del dios Pan), una túnica azafrán, veinte ninfas que le acompañaran a la caza (conocidas como amnísides) y sesenta bailarinas oceanides, todas castas. Esta mentalidad, la llevaba a enfrentarse en numerosas ocasiones con Afrodita.
Solía matar a todas ellas que perdían su virginidad, como Calisto y Mera, convertida la primera en osa por Zeus, y depositada entre las estrellas.
No perdona a los que osan invadir su intimidad, como el príncipe Acteón, que al verla desnuda, fue transformado en ciervo por la diosa, y muerto por sus propios perros.
Aunque tuvo una debilidad. Se enamoró de Endiminón, un hijo de Zeus, que era tremendamente hermoso. Ella le vió dormido, y no queriendo faltar a su promes, se tendió a su lado y lo besó en los ojos, y el joven, nunca más volvió a despertar, manteniendose así, dormido y joven, eternamente.
Se la suele representar con un arco y flechas, creados por los cíclopes que trabajan para Hefeso, de plata, y suele ir acompañada de algun animal del bosque, normalmene un cervatillo.
Orión, fue compañero de caza de Artemis, pero ella le mató. Se dan varias razones, entre ellas, por celos, al casarse el cazador con Eos. También se dice que fue porque este intentó violarla, por lo que la diosa, mandó un escorpión para matarle (puesto ambos en las estrellas).Otras de las versiones dice que fue a Opis a quien violó, una de sus ninfas. Otra leyenda cuenta, que celoso Apolo, engañó a su hermana con la violación de opis, matándole con sus flechas, y al darse cuenta de su error, y no poderle resucitar, le subió a las estrellas.
En la guerra de troya, se posicíonó al lado de los troyanos, en apoyo a su hermano Apolo, al que estaba muy unida
Fue adorada en toda Grecia, particularmente en Esparta, que buscaban hijos fuertes, en Muniquia y Atica. Era típico hacerla sacrificio, y estos eran realizados en algunas zonas, por niñas vestidas de osas (oseznas, arktoi) Se debe esto a una exigencia de la diosa, por la muerte de un oso a manos de un muchacho de uno de los pueblos.
El templo de Diana, en Efeso, se consideró en el mundo antiguo, como "Una de las siete maravillas del mundo", del que hoy, por desgracia, no queda nada.
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Artemisa
El Dios del placer, Dioniso
Dioniso, dios del vino y del placer, estaba entre los dioses más populares. Los griegos dedicaban muchos festivales a este dios telúrico, y en algunas regiones llegó a ser tan importante como Zeus.
A menudo lo acompañaba una hueste de dioses fantásticos que incluía a sátiros, centauros y ninfas. Los sátiros eran criaturas con piernas de cabra y la parte superior del cuerpo era simiesca o humana. Los centauros tenían la cabeza y el torso de hombre y el resto del cuerpo de caballo. Las hermosas y encantadoras ninfas frecuentaban bosques y selvas.
A menudo lo acompañaba una hueste de dioses fantásticos que incluía a sátiros, centauros y ninfas. Los sátiros eran criaturas con piernas de cabra y la parte superior del cuerpo era simiesca o humana. Los centauros tenían la cabeza y el torso de hombre y el resto del cuerpo de caballo. Las hermosas y encantadoras ninfas frecuentaban bosques y selvas.
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Dioniso
Poseidón, el dios de los mares
Poseidón, en la mitología griega, dios del mar, hijo del titán Cronos y la titánide Rea, y hermano de Zeus y Hades. Poseidón era marido de Anfitrite, una de las nereidas, con quien tuvo un hijo, Tritón. Poseidón, sin embargo, tuvo otros numerosos amores, especialmente con ninfas de los manantiales y las fuentes, y fue padre de varios hijos famosos por su salvajismo y crueldad, entre ellos el gigante Orión y el cíclope Polifemo. Poseidón y la gorgona Medusa fueron los padres de Pegaso, el famoso caballo alado.
Poseidón desempeña un papel importante en numerosos mitos y leyendas griegos. Disputó sin éxito con Atenea, diosa de la sabiduría, por el control de Atenas. Cuando Apolo, dios del sol, y él decidieron ayudar a Laomedonte, rey de Troya, a construir la muralla de la ciudad, éste se negó a pagarles el salario convenido. La venganza de Poseidón contra Troya no tuvo límites. Envió un terrible monstruo marino a que devastara la tierra y, durante la guerra de Troya, se puso de lado de los griegos.
El arte representa a Poseidón como una figura barbada y majestuosa que sostiene un tridente y a menudo aparece acompañado por un delfín, o bien montado en un carro tirado por briosos seres marinos. Cada dos años, los Juegos Ístmicos, en los que había carreras de caballos y de carros, se celebraban en su honor en Corinto. Los romanos identificaban a Poseidón con su dios del mar, Neptuno.
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Poseidón
La Diosa de la Justicia
Atenea, una de las diosas más importantes en la mitología griega. En la mitología latina, llegó a identificarse con la diosa Minerva, también conocida como Palas Atenea.
Atenea salió ya adulta de la frente del dios Zeus y fue su hija favorita. Él le confió su escudo, adornado con la horrorosa cabeza de la gorgona Medusa, su 'égida' y el rayo, su arma principal.
Diosa virgen, recibía el nombre de Parthenos ('la virgen'). En agradecimiento a que Atenea les había regalado el olivo, el pueblo ateniense levantó templos a la diosa, el más importante era el Partenón, situado en la Acrópolis de Atenas.
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Atenea
Hermes: tienes un mensaje.
Hermes, en la mitología griega, mensajero de los dioses, hijo del dios Zeus y de Maya, la hija del titán Atlas. Como especial servidor y correo de Zeus, Hermes tenía un sombrero y sandalias aladas y llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con serpientes enrolladas y alas en la parte superior.
Guiaba a las almas de los muertos hacia el submundo y se creía que poseía poderes mágicos sobre el sueño. Hermes era también el dios del comercio, protector de comerciantes y pastores. Como divinidad de los atletas, protegía los gimnasios y los estadios, y se lo consideraba responsable tanto de la buena suerte como de la abundancia.
A pesar de sus virtuosas características, también era un peligroso enemigo, embaucador y ladrón. El día de su nacimiento robó el rebaño de su hermano, el dios del sol Apolo, oscureciendo su camino al hacer que la manada anduviera hacia atrás. Al enfrentarse con Apolo, Hermes negó haber robado. Los hermanos acabaron reconciliándose cuando Hermes le dio a Apolo su lira, recién inventada.
En el primitivo arte griego, se representaba a Hermes como un hombre maduro y barbado; en el arte clásico, como un joven atlético, desnudo e imberbe como puede comprobarse en el Hermes de Praxíteles, en Olimpia
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Hermes
Ares, el Dios de la guerra
Ares, en la mitología griega, dios de la guerra e hijo de Zeus, rey de los dioses, y de su esposa Hera. Los romanos lo identificaban con Marte, también un dios de la guerra. Agresivo y sanguinario, Ares personificaba la brutal naturaleza de la guerra, y era impopular tanto para los dioses como para los seres humanos. Entre las deidades asociadas con Ares estaban su consorte, Afrodita, diosa del amor, y deidades menores como Deimo (temor) y Fobo (terror), que lo acompañaban en batalla. Aunque feroz y belicoso, Ares no era invencible, ni siquiera frente a los mortales.
El culto de Ares, que se creía originario de Tracia, no estaba muy difundido en la antigua Grecia y, donde existía, carecía de significación social o moral. Ares era una deidad ancestral de Tebas y tenía un templo en Atenas, al pie del Areópago o colina de Ares.
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Ares
La música de Apolo
Apolo, hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán. Era también llamado Délico, de Delos, la isla de su nacimiento, y Pitio, por haber matado a Pitón, la legendaria serpiente que guardaba un santuario en las montañas del Parnaso. En la leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de la profecía. Su oráculo más importante estaba en Delfos, el sitio de su victoria sobre Pitón. Solía otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a los que amaba, como a la princesa troyana Casandra.
Apolo era un músico dotado, que deleitaba a los dioses tocando la lira. Era también un arquero diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor en los juegos olímpicos. Su hermana gemela, Ártemis, era la guardiana de las muchachas, mientras que Apolo protegía de modo especial a los muchachos. También era el dios de la agricultura y de la ganadería, de la luz y de la verdad, y enseñó a los humanos el arte de la medicina.
Algunos relatos pintan a Apolo como despiadado y cruel. Según la Iliada de Homero, Apolo respondió a las oraciones del sacerdote Crises para obtener la liberación de su hija del general griego Agamenón arrojando flechas ardientes y cargadas de pestilencia en el ejército griego. También raptó y violó a la joven princesa ateniense Creusa, a quien abandonó junto con el hijo nacido de su unión. Tal vez a causa de su belleza física, Apolo era representado en la iconografía artística antigua con mayor frecuencia que cualquier otra deidad.
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Apolo
El reino de Hades
En la mitologia Griega el nombre de Hades puede prestarse a confusión, porque los antiguos griegos lo utilizaban indistintamente para denominar al dios que reinaba el inframundo y para designar al mundo subterráneo mismo. El Reino de los muertos, buenos o malos, era el lugar donde las almas de estos eran guiadas por el Dios mensajero Hermes para ser juzgadas y conocer su destino final.
El proceso que pasa el espíritu de una persona muerta desde que abandona su cuerpo hasta que es asignado a una región del Hades es el siguiente: cuando un muerto es sepultado Hermes lleva su sombra a las profundidades de la tierra, hasta los umbrales del Hades, un mundo rodeado por ríos de aguas lentas y estancadas, al cual se accede por una caverna. El reino esta rodeado por 4 rios en parte subterráneos, el Estige (rio del odio), el Aqueronte (rio de la aflicción), el Lete (rio del olvido) y el Piriflegetonte (rio del fuego). En la penunbra de las profundidades, el espíritu llega a un ancho rio de aguas turbulentas, entonces alquila una barca conducida por un viejo miserable, siniestro y sombrío que tiene muy mal caracter, el barquero de los infiernos Caronte o Acheron, que tenía por función llevar a las almas de los muertos a través de los ríos que separan el Mundo Subterráneo.
Duro, avaro e inflexible, exigía a las almas de los muertos el pago de un obole (moneda que tradicionalmente se colocaba en la boca del cadaver enterrado) por la travesía que les permitiría cruzar el río. Caronte, el hijo inmortal del Erebo y de la Noche, llevaba las almas de los muertos por el Estige y según otros mitos también por los demás ríos, el barquero no dejaba pasar ni a los vivos ni a los muertos sin sepultura, no permitía que ningun ser vivo subiera a su barca e hiciera la travesía, Hades lo había instruido para que no dejara cruzar el río a ninguno, con todo algunos héroes lograron burlar su vigilancia o convencerlo para que hiciera una excepción a la regla.
Los espíritus guiados por Caronte llegaban entonces al otro lado del caudal, hasta las puertas del Hades, vigiladas por un horrible y gigantesco perro humanoide de tres cabezas y con cola de serpiente, Cerbero. Pese a su aspecto horrible esta bestia no hacía ningún daño a las sombras de los muertos. Según la mitología, Cerbero era hijo de Tifón y Equidma, y era el guardián de los infiernos. El can asesinaba a cualquier ser vivo que se acercara al Reino de los muertos, salvo en contadas ocasiones, así, Orfeo logró dormirlo gracias a los sones de su música, y Eneas lo durmió gracias a una comida especial preparada por la Sibila. En combate, solamente Hércules fue capaz de derrotarle, después de encadenarlo lo llevó hasta Trezena como uno de sus famosos "Trabajos de Hércules", tras lo cual lo restituyó al infierno. Este ha sido el único periodo en que Cerbero ha abandonado la entrada del reino de Hades.
Desembarcada la sombra y tras cruzar las Puertas del Hades estas quedaban completamente cerradas (tan sólo pudieron volver a atravesarlas Ulises y Hércules como precio de una batalla, y Orfeo como precio por la pérdida de Eurydice). Los espíritus que llegan al Hades pasan entonces a través del Campo de Asphodel (llanura de Asfódelo), un lugar gris, chato y nebuloso con árboles de ramas inclinadas hacia el suelo. Más allá estan los verdes prados de la Región del Erebo y la laguna Lete o río Leteo, donde ivan a beber los muertos (al beber olvidaban su vida pasada y recuerdos). Más adelante se alzan las torres del Palacio de Hades y Perséfone. Justo antes de llegar a los límites del palacio real, las sombras se detenían en el Palacio de Justícia, en espera del juicio sobre su vida pasada. Un tribunal formado por 3 jueces, Minos, Radamantis (Rhadamanthys) y Éaco (Aecus), elegidos por su gran sabiduría y por la vida ejemplar que habían llevado, sometía a los espíritus recien llegados a un juicio de los actos que habían realizado en vida.
Todos los días los muertos eran llevados a su presencia, según el veredicto de este juicio, los espíritus seguían uno de los siguientes tres caminos o senderos.
Si no son juzgados ni como bondadosos ni como malvados, las almas son enviadas de nuevo por el ramal principal del Estigia hasta las "praderas de los asphodeles" o llanura de Asfódelo, el lugar más frecuentado, porque pocos lograban convencer a los jueces de que tenían derecho a trato distinto. La gran mayoria de las almas, pálidos reflejos de los vivos que fueron, se quedan eternamente en esta zona intermedia. Muchos permanecían en aquel triste lugar donde la noche y el día no eran más que un eterno crepúsculo. Los condenados se pasaban la eternidad dando vueltas sin objeto.
Si en el juicio han sido considerados como bondadosos, entonces son enviados al Elyseo o Campos Elíseos a través del Río Aqueronte, un tranquilo y apacible lugar donde los espíritus viven en felicidad. Entre los difuntos este era el destino de los más afortunados (una minoria), el Elyseo es una región menos sombría con grandes prados cubiertos de flores, un lugar paradisíaco donde los pájaros cantan en los árboles, brilla el sol en un cielo azul de nubes blancas y vaporosas, el son de la música de la flauta o de la lira y la danza alegraban continuamente la vida. No existía la noche, las sombras no necesitan descanso y banqueteaban cada vez que alguien lo deseaba, el vino era abundante pero a nadie le hacía daño. Los que tenían la suerte de llegar gozaban del privilegio de poder volver a la tierra si querían, pero su nueva vida era tan feliz que poquísimos se decidían a dejarla, ni siquiera por un tiempo mínimo. El prudente juez Radamantis gobernaba en los Campos Elíseos.
Por último, si han sido considerados malvados, los espíritus son enviados a la región del Tártaro a través del río Phlegethon, tierra bordeada por una parte de la Estige y situada en las profundidades extremas, donde reina una noche eterna. Los que han cometido los más graves pecados son arrastrados allí, en este siniestro lugar los grandes criminales llevan su suplicio, allí Zeus encerró a los Titanes rebeldes. A la entrada había una enorme puerta de bronce cerrada por dentro, que sólo se abría para recibir a los muertos que ivan llegando. El Tártaro era muy parecido al Infierno de los cristianos, un lugar de penas y condenación eterna reservado a los malvados o aquellos que habían desafiado a los dioses. En las altas murallas que los rodeaban los gritos de angustia resonaban sin cesar.
A grandes rasgos, el Hades es recorrido por un gran río llamado el Río Estigia (Styx), formado por aguas negras y emponzoñosas, que desemboca en la Laguna conocida como Estigia, este gran río se compone de varios ramales, de nombres, Aqueronte (Acheronte), río que por dar de beber a los Titanes durante su guerra contra los Olímpicos, fue condenado por Zeus a ser uno de los ríos del reino subterráneo y que atraviesa el Elyseo hasta llegar al Erebus, el Cocytus (Cocito), otro gran río que rodea el inframundo, río afluente del Aqueronte. Sus aguas se forman de las lágrimas de los malos. En sus orillas caminaban errantes las almas de los muertos privados de sepultura que esperaban conocer la decisión de los jueces, relativo al destino que les había sido reservado, y el Río de Fuego conocido como Flegetonte (Phiegethon), que llega hasta el Tártaro, también estaban el Aornes y el río Leteo (Lethe), del cual se decía que si bebías de sus tranquilas aguas se perdía la memoria hasta que bebieras agua de un río que fluya por el Olimpo, y que se encuentra en el borde exterior del Hades, a las mismas puertas. Asimismo el Hades está dividido en cuatro grandes zonas.
El Erebus: Allí se encuentra el palacio de Hades y Persefone, así como el nexo místico que permite el acceso al Olimpo (el Elyseo), cerca del hogar de Caronte, el barquero.
Campos de Asphodeles: Lugar de tránsito de las almas, donde se encuentra la entrada al reino del Hades, y donde se puede encontrar la guarida de Cerbero, el can guardián de los infiernos. Al final de los Campos y entre el Erebus y el Tártaro se encuentra el Palacio del Juicio, donde son juzgados los espíritus de los muertos.
Elyseus: Región cruzada por el Rio Acheronte, zona apacible y donde los espíritus viven en paz.
Tártaro: Zona en la que se ubica el palacio del Tormento, recinto en el que se encuentran encerrados los Titanes, los vengadores, los malvados y algunos seres mitológicos que sufren el castigo de haber ofendido a los dioses, como Tifón, condenado a que las arpías le devoren por haber atacado a los dioses.. allí todos ellos son sometidos a graves penurias y castigos
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Hades
martes, 25 de mayo de 2010
No te dejes deslumbrar por su belleza...
Afrodita, diosa del amor y la belleza. Brota de la espuma del mar y su nombre puede traducirse como 'nacida de la espuma'. En la leyenda homérica, Afrodita es la mujer de Hefesto, el feo y cojo dios del fuego. Entre sus amantes figura Ares, dios de la guerra, que en la mitología posterior aparece como su marido. Ella era la rival de Perséfone, reina del mundo subterráneo, por el amor del hermoso joven griego Adonis.
Tal vez la leyenda más famosa sobre Afrodita está relacionada con la guerra de Troya. Eris, la diosa de la discordia, la única diosa no invitada a la boda del rey Peleo y de la nereida Tetis, arrojó resentida a la sala del banquete una manzana de oro destinada "a la más hermosa". Cuando Zeus se negó a elegir entre Hera, Atenea y Afrodita, las tres diosas que aspiraban a la manzana, ellas le pidieron a Paris, príncipe de Troya, que diese su fallo. Todas intentaron sobornarlo: Hera le ofreció ser un poderoso gobernante; Atenea, que alcanzaría una gran fama militar, y Afrodita, que obtendría a la mujer más hermosa del mundo. Paris seleccionó a Afrodita como la más bella, y como recompensa eligió a Helena de Troya, la mujer del rey griego Menelao. El rapto de Helena por Paris condujo a la guerra de Troya.
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Afrodita
Yo soy Zeus, Dios de Dioses
Al principio de la creación, los hombres y las mujeres no eran como son hoy; había solo un ser, que era bajo, con un cuerpo y un cuello, pero cuya cabeza tenía dos caras, cada una mirando en una dirección. Era como si dos criaturas estuviesen pegadas por su espalda, con dos sexos opuestos, cuatro piernas, cuatro brazos.
Los dioses griegos, sin embargo eran celosos, y vieron que una criatura que tenía cuatro brazos trabajaba más, dos caras opuestas estaban siempre vigilantes y no podían ser atacadas a traición, cuatro piernas no exigían tanto esfuerzo para mantenerse de pie o andar durante largos períodos Y lo que era más peligroso: la criatura tenía dos sexos diferentes, no necesitaba a nadie más para seguir reproduciéndose en la tierra.
Entonces dijo Zeus, el supremos señor del Olimpo: “Tengo un plan para hacer que estos mortales pierdan su fuerza”.
Y con un rayo, partió a la criatura en dos, y así creó al hombre y a la mujer. Eso aumentó mucho la población del mundo, y al mismo tiempo desorientó y debilitó a los que en él habitaban , porque ahora tenían que buscar su parte perdida, abrazarla de nuevo, y en ese abrazo recuperar la antigua fuerza, la capacidad de evitar la traición, la resistencia para andar largos periodos y soportar el trabajo agotador. A ese abrazo donde los dos cuerpos se confunden de nuevo en uno lo llamamos sexo. Amor.
Zeus, dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos. Era el hijo menor del titán Cronos y de la titánida Rea y hermano de las divinidades Poseidón, Hades, Hestia, Deméter y Hera.
De acuerdo con uno de los mitos antiguos sobre el nacimiento de Zeus, Cronos, temiendo ser destronado por uno de sus hijos, los devoraba cuando nacían. Al nacer Zeus, Rea envolvió una piedra con pañales para engañar a Cronos y ocultó al dios niño en Creta, donde se alimentó con la leche de la cabra Amaltea y lo criaron unas ninfas.
Cuando Zeus llegó a la madurez, obligó a Cronos a vomitar a los otros hijos, que estaban deseosos de vengarse de su padre. Durante la guerra que sobrevino, los titanes lucharon del lado de Cronos, pero Zeus y los demás dioses lograron la victoria y los titanes fueron enviados a los abismos del Tártaro.
A partir de ese momento, Zeus gobernó el cielo, y sus hermanos Poseidón y Hades recibieron el poder sobre el mar y el submundo, respectivamente. Los tres gobernaron en común la tierra.
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